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Modern Life Is Rubbish:

la música y el amor

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Título original: Modern Life Is Rubbish
Año: 2017
Duración: 105 min.
País: Reino Unido
Dirección: Daniel Jerome Gill
Guion: Philip Gawthorne
Música: Orlando Roberton
Fotografía: Tim Sidell
Reparto: Josh Whitehouse,  Freya Mavor,  Ian Hart,  Jessie Cave,  Tom Riley,  Sorcha Cusack, Daisy Bevan,  Tallulah Rose Haddon,  Steven Mackintosh,  Will Merrick, Caroline Boulton,  Matt Milne,  Kiera Bell,  Daniel Eghan,  Jason Matthewson, Lily-Rose Aslandogdu,  Adam Lazarus,  Toby Osmond,  Cedric Tylleman, Alice Alexander,  Emma Bryant,  Jackson Kai,  Malcolm Modele,  Darren Higham, Yinka Awoni,  Attila G. Kerekes,  Alan Wood,  Kornelia Horvath,  Rajesh Kalhan, Robert-Anthony Artlett,  Georgia Clarke-Day,  Christopher Marsh,  George Wakely, Charlie Lees-Massey,  Vicky Winning,  Susanna Jennings,  Tova Bergman, Paul Dellow,  Tula Howarth,  Alan Audrain,  Timothy G Kendall,  Adam Parkes, Mark Baxter
Productora: Serotonin Films / BFI Film Fund / Lipsync Productions / Masnomis / Modern Life Pictures. Distribuida por Cleopatra Entertainment

 

Ficha Técnica

Por Ailu Pelayes
 

 “Modern Life Is Rubbish” (La vida moderna es basura) es el nombre del segundo disco de la banda británica “Blur” y tiene que ver muchísimo con esta película. Liam y Natalie son los protagonistas de esta cinta y se conocieron hace 10 años en una tienda de discos, comenzaron a charlar sobre justamente la banda Blur y se enamoraron.

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Esa relación unida por la música llegó a su fin luego de 10 años, al momento de dividirse los discos comienzan a revivir su historia de amor. La peli está contada en dos líneas temporales, empieza en el presente cuando se están separando, y va y viene entre pasado y presente para entender porqué llegaron hasta allí.

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Liam es un intento de músico, tiene una banda con dos amigos pero al principio no les va nada bien. No hace mucho, los trabajos no le duran, no estudia… sólo se dedica a la música. Natalie es diseñadora gráfica, soñadora y siempre buscando superarse. Dos personas opuestas, pero ambos son amantes de la música. En cuanto a los actores, Whitehouse y Mavor tienen química y se los nota metidos en sus personajes y en el conflicto que los aqueja.

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Como dije al principio, la peli sigue una estructura de flashback comenzando con Liam y Natalie dividiendo su colección de disco y luego mostrando cómo se distanciaron gracias a la inmadurez y a dejar de lado cosas y sueños por el otro. En cuanto al argumento, resulta cliché y exasperante por momentos, pero también tiene sus partes conmovedoras y que te hacen sonreír frente a la historia de amor. Además, como su nombre lo indica, hace una crítica a la vida digital que tenemos y reafirma que lo analógico es lo mejor, que nada es más puro que escuchar un CD o un vinilo y que eso ha ido desapareciendo con los años.

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Como era de esperarse, lo mejor de la película es su soundtrack que incluye a bandas como Radiohead, Stereophonics, The Libertines, 1975, entre otros, pero curiosamente no Blur. Gill y Gawthorne entienden cómo la música es un desencadenante, y que ciertas canciones pueden llevarte a un tiempo y lugar más eficaz que cualquier memoria y por eso la música termina siendo un protagonista más, ya que se encadena la película con referencias a la música favorita de ambos.

 

La película no es wow y lo sabemos desde antes de ponerle play, pero es disfrutable y más si sos fanático de la música y de las historias de amor.

 

Lo mejor:

  • Su soundtrack, para escucharlo mil veces

  • Verlo a Josh Whitehouse tocando con en la banda

  • La idea de que lo analógico siempre va a superar a lo digital

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Lo peor:

  • Le falta desarrollo a la trama para entender el porqué de la separación

  • Clichés típicos de película romántica

© 2019 Manso Cine

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