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MINDHUNTER:

Quien con monstruos lucha cuide de no convertirse a su vez en monstruo

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Título original: Mindhunter (TV Series)
Año: 2017
Duración: 55 min.
País: Estados Unidos
Dirección: Joe Penhall (Creator), David Fincher, Andrew Dominik, Carl Franklin,Andrew Douglas, Asif Kapadia, Tobias Lindholm
Guion: Joe Penhall, John Douglas, Jennifer Haley (Libro: Mark Olshaker, John Douglas)
Música: Jason Hill
Fotografía: Erik Messerschmidt, Christopher Probst
Reparto: Jonathan Groff, Holt McCallany, Anna Torv, Cotter Smith, Hannah Gross,Sonny Valicenti, Lauren Glazier, Phil Nardozzi, Nathan Corddry, Blythe Howard,Cameron Britton, Alex Morf, Joe Tuttle, Stacey Roca, Stephanie Bertoni, Regi Davis,Happy Anderson, Jesse C. Boyd, Peter Murnik, Jordyn DiNatale. 
Productora: Netflix / Denver and Delilah Productions / Panic Pictures. Distribuida por Netflix. Productor: David Fincher

 

Ficha Técnica

Por Nicolás Salas


A fines del 2017, Netflix lanzó la primera temporada de Mindhunter con rotundo Éxito. Esta serie se basó sobre la creación de la Unidad de Ciencias del Comportamiento (BSU) del FBI y sus métodos pioneros de perfil criminal, basados en las experiencias del perfilador de la vida real John E Douglas, quien ayudó a construir la primera base de datos sobre asesinos en serie al entrevistar a docenas de ellos en prisión a fines de los años 70. En manos del creador Joe Penhall y el productor/director ejecutivo David Fincher, la historia de Douglas se convirtió en un apasionante descenso al infierno que también se sintió como la culminación del interés de Fincher en el tema, ya que, recordemos, este director había ahondado en el tema, en su obra maestra de 2007 “Zodiac”.


Un pequeño resumen:
 

•    Primera Temporada: con un ritmo deliberado y más interesado en la codependencia entre sus investigadores obsesivos, los agentes Holden Ford (Jonathan Groff) y Bill Tench (Holt McCallany), y los monstruos que estudian, quienes complacen la sed de sangre de la audiencia. Mientras que el espectáculo presentaba una galería de pícaros de infames asesinos de la vida real que contaban alegremente sus pecados con detalles que revolvían el estómago, Penhall y Fincher evitaron diligentemente romantizarlos, en lugar de exponer las grotescas inquietudes de sus patéticas y rotas naturalezas, los pequeños resentimientos, el autoengaño, el narcisismo delirante, la impotencia sexual y social.
 

•    Segunda Temporada: continúa en la misma línea, pero se muestra mas ambiciosa que en la primera parte. Los héroes del programa, que probablemente nunca se describirían a sí mismos como tales, navegan por nuevas complicaciones, tanto dentro de sus propias vidas como en el estrecho sótano de Quantico. Vemos como sacrifican sus relaciones y su propia salud para explorar las mentes de los delincuentes violentos más notorios de la nación, pero la burocracia ahora exige que superen la fase experimental y comiencen a implementar sus análisis en tiempo real.

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Uno de los aciertos de la serie fue el de equilibrar todas las conversaciones sobre violencia contra las mujeres con una discusión moderada, en gran medida iniciado y llevado por la Dra. Wendy Carr (Anna Torv), una psicóloga que analiza la misoginia culturalmente inculcada que ayudó a formar a estos asesinos. Se plantean temas acerca de la violencia de género, la homofobia y el racismo; y aunque la serie esté ambientada en los 70, vemos que pocas cosas han cambiado. 
 

También se centran en las motivaciones humanas en un periodo caótico en el que ocurren grandes cambios. En la temporada 2, esa futilidad se convierte en el punto: no importa cuán sofisticados sean los nuevos métodos de creación de perfiles, los misterios retorcidos de la naturaleza humana pueden confundir al detective más astuto. Los límites del control es uno de los grandes temas de Mindhunter.


Lo que digo respecto a los cambios se puede notar en la ciudad de Atlanta, en su transición de ser un pueblo a una de las grandes ciudades norteamericanas, y como esto afecta a su población, sobre todo a sus minorías. En otro de los momentos en los que notamos estos cambios, es en el final de una temporada y principio de otra, cuando Ford visita a Ed Kemper (un fabuloso Cameron Britton, legítimamente nominado para un Emmy) al final de la temporada pasada, y recibe el abrazo de oso más traumático en la historia de la televisión. Allí se comienza a hablar de los ataques de pánico, el desconocimiento de las personas respecto al tema y como lo relacionaban con la cobardía. Un tema que hoy está muy asociado a la ansiedad y al estrés, pero que en esa época era muy subestimado.


Otra característica positiva es la dualidad de nuestros protagonistas, ellos se han comprometido 100% a su trabajo, pero descuidaron su vida privada. La temporada pasada trató a Ford como el protagonista del programa, centrándose en la lenta desintegración de su relación con su novia Debbie (Hanna Gross) a medida que su trabajo lo consumía y lo convencía de su propio genio. Esta vez, Ford, suficientemente humilde y aprendiendo sus propios límites, queda en segundo plano frente a Tench y Carr, cuyas vidas personales se convierten en prismas temáticos para la trama general de la temporada que implica la búsqueda de un asesino de niños en Atlanta. Esta línea narrativa está desarrollada por un puñado de tramas secundarias, digresiones y personajes de reparto, que enriquecen la serie.


Bill Tench no tiene idea de dónde está su hijo Brian, incluso mientras lo ve dormir. Hay algo malo con él, pero Tench está demasiado dedicado a las demandas de su trabajo para ser un padre atento. El misterio del comportamiento de Brian es uno de los puntos de trama más inquietantes de la Temporada 2, pero también uno de los mejores tratados respecto a la gestión del suspenso, ya que cuando la historia amenaza con golpear, Fincher retrocede y así varios capítulos. La dra. Carr conoce a una camarera llamada Lauren Grazier, este interés le presenta un dilema, el de seguir ocultando su vida privada o vivir con honestidad respecto a sus sentimientos y sexualidad.  Pronto veremos que al igual que los asesinos, las personas comunes no pueden vivir libremente y necesitan, reprimir sus emociones.


Es en la historia de Atlanta que surgen cuestiones oportunas de raza e identidad; encuentran cuerpos de niños de color y el creciente grupo de madres en duelo está indignado por la incapacidad de la policía para atrapar al asesino y la falta de atención prestada por el FBI a la presencia local de Ku Klux Klan. Pese a esto, todo en Ford le dice que el asesino de Atlanta debe ser un joven negro: "Los asesinos en serie casi nunca cruzan las líneas raciales", razona. Acertadamente la serie queda varada en un mar de preocupaciones políticas, y las garantías bien intencionadas de Ford ofrecen poco consuelo a medida que los niños continúan desapareciendo y los presentadores de noticias de Atlanta preguntan sombríamente: "¿Sabes dónde están tus hijos?"


Lo más sorprendente de todo fue que la esperada irrupción de Charles Manson en la trama, no fue tal. Para algunos fue un truco vulgar de marketing, pero para mí uno de los momentos más tensos de la serie, y una advertencia a nuestros héroes sobre el ego, sobre la crianza de los hijos, sobre las mentiras que nos decimos a nosotros mismos a dormir.
Esta tensión es el corazón de Mindhunter. Ya sea en la ficción o en la vida real nunca tenemos el control total. Si hay algo que aprender de hombres como Manson y Kemper o de la frustrante media victoria que concluye la temporada 2, es que el control es una ilusión, ya sea que seas un asesino en serie o un agente del FBI o el mismísimo David Fincher. Los protagonistas están mirando fijo a un abismo y, ¿tendrán cuidado en que este no les devuelva la mirada?

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DATOS DE COLOR
•    Todos los convictos entrevistados y los casos en los que el trío protagónico trabaja, están fielmente basados, no solo en hechos ocurridos en la realidad, sino en el libro escrito por el ex agente John Douglas “Mindhunter: Inside the FBI's Elite Serial Crime Unite”.
•    Además de David Fincher, la serie cuenta con Charlize Theron oficiando de productora.
•    El actor australiano Damon Herriman no solo interpreta a Charles Manson en esta serie, sino que fue elegido por Quentin Tarantino para caracterizar al convicto en “Once Upon a Time... In Hollywood”.

 

LO MEJOR
•    No cae en persecuciones policiales, tampoco apela a lo explicito, ni mucho menos cae en la romantización de los asesinos, para describirnos lo que está sucediendo.
•    Las actuaciones, pero en especial la de Cameron Britton en su papel de Ed Kemper.
•    Explora tanto a las emociones del ser humano que casi parece como si Fincher hiciera una disección en vivo.
•    El suspenso previo a la aparición de Manson, una de las mejores sensaciones que deja esta serie.
•    Aspectos técnicos sumamente cinematográficos.
•    Cambio positivo en la estructura respecto a la primera temporada, donde la trama era muy dispersa.

 

LO PEOR
•    Algunos personajes merecen más tiempo en pantalla (el policía Jim Barney o la Dra. Wendy Carr)
•    La ambientación. A primera vista no nos damos cuenta en qué época se sitúa la serie. Aunque esto mejora notablemente en la segunda temporada.
•    La serie transcurre sin prisa, se toma su tiempo para desarrollar sus intenciones y esto puede fastidiar al espectador acostumbrado a otro tipo de entretenimiento.

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