Por Ale Ferreyra

Esta edición de Manso Culto es especial, y no solo se ganó esta descripción porque hace varios días que no se hacía nada, sino también porque vamos a presentar una obra de uno de los directores favoritos de la casa, el enorme Christopher Nolan. El film protagonizado por Guy Pearce es uno que no puede faltar nunca si hablamos de cine de culto. Compleja por naturaleza, pero no deja cabos sueltos y se desarrolla de gran manera.

La trama nos presenta a Leonard (Guy Pearce), un hombre que sufre un tipo de amnesia (anterógrada, para ser precisos) que no le permite generar nuevos recuerdos luego de sufrir un accidente. Sus métodos para almacenar sucesos son tomar fotos con su cámara y tatuarse en el cuerpo diferentes recordatorios. Leonard trata de encontrar al asesino de su esposa, pero la tarea se le hace cuesta arriba dada su condición mental. Recibe ayuda de Teddy (Joe Pantoliano) y Natalie (Carrie-Anne Moss), pero ambos le dan al protagonista motivos para confiar y desconfiar al mismo tiempo.
 

Los que han visto la cinta van a pensar que el resumen está hecho de manera desastrosa, pero creo que es lo mejor para que quien no lo ha hecho se enganche y la vea.

Lo más importante que hay que destacar de la peli es el uso y la importancia que tiene el tiempo. Se mueve hacia atrás y hacia adelante, tratando de explicar los sucesos y diferenciándolos con el juego de colores y blanco-negro. Esto es lo que hace única a la obra, aunque también le aporta un grado de complejidad para el espectador. 

Nolan logra que nos sintamos igual que Leonard. Tenemos la misma información que el protagonista y nos sentimos sumamente perdidos en la historia. El desarrollo y la evolución del personaje son iguales a las del espectador. El Director nos logra colocar en un lugar inferior y vulnerable.

Guy Pearce realizó un papel que lo va a marcar. Un hombre sumamente perturbado que lucha por justicia y pelea con sus demonios. Podemos ver los cambios en su personalidad en los diferentes momentos de la peli. No imagino a otro hombre en su lugar. 

El escenario que se crea en Memento es genial, se logra una puesta en escena maravillosa y digna de disfrutar muchas veces. Estas cosas son las que hacen de Christopher Nolan un director de elite, la manera en que se la juega en sus obras. Hay un factor intelectual determinante en esta película. Es un clásico, nos recuerda a muchas cosas, pero a la vez es muy diferente, algo que nunca habíamos visto.

LO MEJOR:
-    El manejo y la importancia del tiempo.
-    La puesta en escena.
-    El estilo y la inteligencia de Nolan.
-    Las actuaciones de Pearce y Pantoliano.
 

LO PEOR:
-    Se hizo una fama de que es “difícil de entender”, pero no lo es. Hay que verla todas las veces que se necesite.