Por Nicolás Salas

Según mis cálculos, 595 días pasaron de aquel gélido final de la séptima temporada de GOT; 595 días de intriga, especulaciones y manija, mucha manija. Todo nuestro hype se depositó en una dramática hora, que nos dejó con ganas de más. Atrás quedaron los largos viajes que hacían desarrollar a estos personajes, ahora todo se torna mucho más vertiginoso.

“Winterfell”, el primer capítulo de esta octava temporada no tiene batallas, ni escenas de acción o de lucha. Sin embargo, nos adentra de nuevo en este invierno crudo del norte de Westeros y podemos vislumbrar como los showrunner (David Benioff y D. B. Weiss) acomodan las piezas en el tablero de ajedrez de este perverso juego.

Gran parte de este episodio fue sobre reuniones, tanto alegres como incómodas. Sobre este último punto hay que mencionar la de Tyrion y Sansa, quienes se vuelven a ver por primera vez desde la boda y el asesinato de Joffrey. Es un momento agradable, brevemente, hasta que Sansa se burla de la ingenua creencia de Tyrion de que su hermana hará lo correcto: "Solía pensar que eras el hombre más inteligente que conocía". Uhhhhh, Y si, a Tyrion hace rato que no le hacen justicia, pasó de tener los diálogos más logrados y los mejores momentos dramáticos a contar chistes de testículos con Varys. Pero si de momentos incómodos hablamos, este se lo lleva el protagonizado por Jaime Lannister y Bran Stark, quienes con tensa mirada dijeron mucho.

Una de las reuniones más esperadas era la de Jon con sus hermanos. El encuentro con Arya fue emocionante y uno de los puntos altos del episodio. Tenía todo para ser un momento cursi y no lo fue, tanto Arya como Sansa le tiraron la posta a Jon, la familia es lo primero y el norte no acepta servir a extraños visitantes. Por su parte Daenerys no cederá y hará lo posible por ganarse el norte, ya sea por las buenas o con fuego y sangre.

Mientras tanto, Cersei y Euron Greyjoy cuentan  con el apoyo de la Compañía Dorada de Essos, pero sin elefantes. La duda pasa por saber que jugada hará la Reina Lannister ahora que sus enemigos se encuentran ocupados. Y si de jugadas hablamos, los que ya movieron sus piezas fueron los espectros, apoderándose de Last Hearth y dejando el cuerpo del último Umber con un extraño mensaje, que Tormund, Sir  Beric Dondarrion y el Comandante Edd Tollett, deberán descifrar.
 

Tal vez por la celeridad y ritmo que va a tener está última temporada, no pesan tanto las grandes revelaciones. El show sacrifica el gran impacto e intensidad emocional que puede tener una gran revelación (como la de los orígenes de Jon Snow), por lo que consideran que de verdad le importa al público: la batalla con los White Walkers. Todo gira en torno a eso pero, a su vez, los protagonistas poco hacen para combatirlo ¿Cómo no se ha planteado ninguna estrategia en absoluto, a excepción de llamar a las personas a la fortaleza de Winterfell? ¿Por qué Jon y Dany no hicieron que su viaje de reconocimiento fuera un viaje de reconocimiento?  

Quizás la incógnita e interrogante más grande que nos deja este episodio pasen por las dudas de Jon sobre la verdadera naturaleza de Daenerys y como le caerá a esta la noticia de que comparten la misma sangre. Recordemos que la Khaleesi es hija del Rey Loco y que los Targaryen tienen una naturaleza inestable e impredecible ¿Saldrá a la luz esto O Dani recapacitará y se hará a un costado a favor de Aegon Targaryen? Las piezas ya están puestas, ahora solo resta hacer las jugadas.

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LO MEJOR
•    Los reencuentros de personajes que no se veían desde la primera temporada.
•    El hedor a desconfianza y a que algo malo va a pasar en cualquier momento sigue intacto.
•    Pese a que no es tan temible como el Euron de los libros, su participación le da cierto aire fresco a la serie.
•    A Arya dámela siempre.
 

LO PEOR
•    Las grandes distancias no importan, ahora los personajes se mueven de un punto a otro de forma conveniente para la trama.
•    No sé si es impresión mía, pero noté que se ahorraron unos cuantos dólares en efectos especiales.
•    La diferencia entre las temporadas basadas en los libros y las que se alejan del contenido original son notorias, tanto por su ritmo como por su construcción narrativa.
•    Un ejército de zombis los está por invadir y se ponen a boludear con unos dragones para ir a tener sexo ¡Qué pésimos gobernantes!