Una amarga luna de miel en
“La playa de Chesil”
Título original: On Chesil Beach
Año: 2017
Duración: 110 min.
País: Reino Unido
Dirección: Dominic Cooke
Guion: Ian McEwan (Novela: Ian McEwan)
Música: Dan Jones
Fotografía: Sean Bobbitt
Reparto: Saoirse Ronan, Billy Howle, Emily Watson, Anne-Marie Duff, Samuel West, Adrian Scarborough, Bebe Cave, David Olawale Ayinde, Philip Labey, Christopher Bowen, Ty Hurley, Bernardo Santos, Christian Wolf-La'Moy, Oliver Johnstone, Mike Ray, Jonjo O'Neill, Simon North, Claire Ashton
Productora: BBC Films / Number 9 Films
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Ficha Técnica
Por Ailu Pelayes
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Cuando comencé a ver “On Chesil Beach” creí que era un drama romántico de esas que estamos acostumbrados, pero poco a poco se va desentramando una historia totalmente distinta y que sorprende muchísimo.
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La película está ambientada en la Inglaterra de 1962 y nos cuenta el romance de Florence (Saoirse Ronan) y Edward (Billy Howle), unos veinteañeros que se enamoran a primera vista. Ella es una chica perfecta procedente de una familia económicamente privilegiada y graduada en Oxford, amante del violín; él es un chico inteligente y encantador de clase baja, estudiante de Historia.
La historia comienza con ellos recién casados y en su luna de miel en un hotel junto a la playa de Chesil, la noche de bodas es el hilo conductor para ir formando el retrato de dos seres que se aman, aunque a veces no sepan cómo hacerlo. Tienen miedo, actúan con torpeza y hay una gran falta de educación sexual (ya que era un tema tabú), eso los llevarán a una experiencia abrumadora y donde debería intimidad, complicidad y pasión sólo hay momentos incómodos.
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A partir de allí, mediante flashbacks vamos conociendo su pasado, aquellos momentos que marcan la historia de la pareja y que hacen que entendamos el drama por el que atraviesan y que los llevan a tener una experiencia tan poco grata en la noche donde deben consumar el matrimonio. Lo que comenzó feliz e ilusionante, termina siendo devastador.
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Saliendo de lo que es la historia, vamos a lo meramente cinematográfico. La fotografía es perfecta, los planos utilizados son los ideales para cada momento. Un ceño fruncido, el rubor de las mejillas, o la ampliación del plano en el momento clímax de la historia, dice mucho más que cualquier diálogo.
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Los escenarios son bellísimos, sobre todos aquellos al aire libre y donde podemos apreciar la naturaleza; a ellos se le suma el vestuario acorde y la banda sonora, compuesta por la música clásica de Mozart y la energía de Chuck Berry, hacen el combo ideal para acompañar esta historia.
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En cuanto a los actores, Saoirse Ronan está maravillosa, logra transmitir a la perfección lo que le sucede a la protagonista y todo el dolor con el que carga. Billy Howle está a la altura, pero no vi mucha química con Saoirse y me dejó con gusto a poco.
Es la historia de lo que pudo haber sido y no fue, con una trama que no había visto y sorprende. Íntima, dramática y disfrutable.
Lo mejor:
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La interpretación de Saorsie Ronan, perfecta.
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La banda sonora, quedé enamorada.
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Los planos detalle, a veces dicen mucho más que los diálogos.
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Lo peor:
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Al principio cuesta entender de qué va, hay que avanzar un poco para encontrar el hilo.
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Los personajes secundarios están muy desdibujados.
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La parte final, cuando los muestra ancianos, no agrega nada.