Cabo de miedo: Remake sale bien y episodio de Los Simpson sale mejor
Título original: Cape Fear
Año: 1991
Duración: 130 min.
País: Estados Unidos
Dirección: Martin Scorsese
Guión: Wesley Strick (Remake: James R. Webb. Novela: John D. MacDonald)
Música: Elmer Bernstein (Remake: Bernard Herrmann)
Fotografía: Freddie Francis
Reparto: Robert De Niro, Jessica Lange, Nick Nolte, Juliette Lewis, Robert Mitchum,Gregory Peck, Joe Don Baker, Illeana Douglas, Fred Dalton Thompson,Martin Balsam
Productora: Amblin Entertainment / Cappa Films / Tribeca Productions. Distribuida por Universal Pictures
Ficha Técnica
Por Nicolás Salas
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Una de las principales quejas que hay sobre Netflix es su falta de oferta en cuanto a películas, buenas películas. Tras varios minutos de buceo intenso por esta plataforma, logré encontrar esta joya oculta. Estamos hablando de “Cape Fear” una de las cintas más icónicas de los 90, remake de una película homónima de 1962.
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Sam Bowden (Nick Nolte) , es un abogado defensor que está amenazado por un hombre de su pasado: un violador llamado Max Cady (Robert De Niro), quien ha terminado una sentencia de prisión de 14 años y quiere vengarse por lo que él cree (correctamente) fue una pésima defensa. En la película original, Sam Bowden era un buen hombre que trataba de defender a su familia de un loco. En la versión de Scorsese, Bowden es defectuoso y culpable, y de hecho, todos en esta película son débiles de una forma u otra, y no hay héroes. Ese es el toque de Scorsese.
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Sin detenerme en comparaciones entre una versión y la otra, voy a centrarme exclusivamente en su remake y lo que Scorsese quiso plasmar aquí. Cape Fear es una de esas sorpresas increíbles, una pequeña joya criminalmente subestimada, un thriller psicológico de primera clase, una pieza de cine bien diseñada que mezcla el poder de los mejores thrillers de Hitchcock con la oscuridad del cine de Roman Polanski. En realidad, Cape Fear puede ser la película más entretenida de Scorsese, se pasa todo su metraje volando, con planos para nada aburridos, llenos de pasión y conmoción que logran convertir una historia cliché y predecible en una película cautivadora. Aquí el director no está tratando desesperadamente de recrear algún tipo de emoción artificial, sino de darles a los espectadores de darles algo fascinante.
Creo que Robert De Niro nunca ha estado tan loco, carismático e impredecible, y el clímax es sin duda uno de los momentos más poderosos que Scorsese haya creado. Algo exquisito es la presentación del personaje en minuto y medio, en la que sin decir absolutamente nada podemos compenetrarnos con él y darnos cuenta de que ha pasado mucho tiempo en la cárcel preparando su venganza. Lo que no ayuda mucho a comprender esto es la partitura que está adaptada de las obras de Bernard Hermann.
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Juliette Lewis también está genial como la infeliz y desconcertada Danielle, que tiene 16 años y se siente atraída por la amenaza y la sexualidad implícita de Max Cady. Es como si le gustara alguien que pueda molestar a sus padres. En una tensa e inquietante escena, Cady se hace pasar por un maestro de teatro, y Danielle sigue adelante incluso después de que ella sabe quién es realmente, permitiéndose ser verbalmente seducida por el convicto. Dato perturbador: esta secuencia fue parcialmente improvisada por De Niro y Lewis, lo que la hace el doble de incomoda.
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Una de las genialidades del guión es la construcción de sus personajes, a tal punto que llegamos a empatizar con ellos. El protagonista Bowden, un abogado exitoso y respetado, que se ve acosado por la presencia de Cady, pero que no puede hacer nada por evitarla ya que Cady ha pasado su estancia en la cárcel aprendiendo sus derechos y sabiendo como acechar sin sufrir consecuencias legales por ello. La pelicula es angustiosa ya que constantemente nos ponemos en la piel del abogado y sentimos la asfixia permanente de un tipo que amenaza a toda la familia y que es capaz de lo peor.
Otro punto interesante es la ética cuestionable de este abogado, ya que Cady cayó preso debido a que Bowden no lo defendió de la mejor manera porque sabía de la responsabilidad y locura de su defendido. Bowden ya tenía una hija en ese entonces, debió pensar en ella a la hora de trabajar en esa pobre defensa. Esa injusticia vivida por Cady, quién no es ningún santo, nos hace sentir empatía, pero todo eso se desvanece en mitad de la cinta cuando vemos la clase de monstruo que es al atacar a la secretaria de Bowden y acosar a su hija.
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Enmarcado de esta manera, “Cape Fear” no se trata de la batalla de ingenios entre un abogado y un convicto, sino de un prototipo de familia azotado por los fantasmas del pasado y el karma influyendo en sus cómodas vidas. Lo que podría haber sido un thriller genérico de Hollywood es, en cambio, algo mucho más convincente y, a menudo, inquietante. Donde un director menor hubiera dependido únicamente de gore, la capacidad de Scorsese de yuxtaponer lo familiar con lo inesperado hace que sea una película más escalofriante y memorable, y es por eso que “Cape Fear” se encuentra entre las mejores películas de suspenso de los años noventa, a pesar de sentirse como un thriller hollywoodesco de los años 50 y 60.
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Es cierto que Scorsese continuaría con este modo de horror de manera más completa y brillante en su obra maestra “Shutter Island”, pero “Cape Fear” presenta una emocionante oportunidad de ver a un cineasta maestro doblar y ampliar audazmente su estilo, y capitalizar el potencial no totalmente realizado de una cinta existente. En otras palabras, es un remake que supera a la versión original.
DATO DE COLOR
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La presencia en pantalla a actores como Robert Mitchum, Gregory Peck y Martin Balsam no son casuales, ya que este trío protagonizó la cinta de 1962. Gran guiño.
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Arsenio Corsellas , quien puso la voz al Max Cady de 1962, es el que dobla a Sam Bowden en esta película. Vaya coincidencia.
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La película fue parodiada en el episodio " Cape Feare " de los Simpsons de 1993, con Bob Patiño en el papel de Cady. También la serie Seinfield utiliza referencias de la cinta en varios de sus capítulos.
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LO MEJOR
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La narración con un acelerado ritmo atrapa y se agradece.
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Robert De Niro está descomunal, se lo nota metido al 100% y nos regala una actuación increíble.
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La música (taaaaaan tan tan taaaaan).
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La ambigüedad moral como hilo argumental.
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Me es imposible verla sin acordarme al episodio de Los Simpson: “ ¡Pepe, ayúdame a sacar la cabeza del retrete!”
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Aunque no lo creas, está disponible para ver en Netflix.
LO PEOR
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La omnisciencia de De Niro le resta credibilidad.
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Personalmente las constantes referencias literarias me aburren y creo que le dan un aire inverosímil a la cinta ¿Tan cultos van a ser los personajes que se la pasan citando a todo tipo de autores?
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Aunque es cierto que el ritmo acelerado de su narrativa fue de lo mejor, también hay que decir que sobre el final todo se resuelve demasiado rápido, dándonos un final al estilo Viernes 13.