Por Ale Ferreyra

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Ayer nos enteramos que la serie de Vince Gilligan tendrá una película a modo de secuela. Creo que no fui el único indignado por esto, pero hay que admitir que ya cuando se confirmó la presencia de Aaron Paul, nuestro querido Jesse, la cosa pintó mejor. Todo indica que la peli contará la historia del joven luego del final de la serie (que la mayoría conoce, pero acá no vamos a meter spoilers). Debido a esta noticia es que decidí dedicar este jueves de TBT a Breaking Bad.

 

En el episodio piloto nos dan a conocer todo lo necesario para entender la serie. Walter White (Bryan Cranston), un profesor de química y empleado de un lavadero de autos, es diagnosticado con cáncer de pulmón y no sabe cómo financiar el tratamiento y seguir manteniendo a su familia, compuesta por su embarazada esposa Skyler (Anna Gunn) y su hijo Walter Jr. (RJ Mitte). Su cuñado Hank (Dean Norris) es agente de la DEA (Agencia Antidrogas) y le dice a Walter que lo acompañe a un operativo para capturar una banda que fabrica metanfetaminas. Una vez allí, el protagonista se da cuenta de la enorme cantidad de dinero que ganan y sabe que con su manejo de la química puede crear un producto de calidad. En el operativo reconoce a Jesse Pinkman (Aaron Paul), un ex alumno suyo, que huye de la gorra gracias a que estaba en otra. Walter le propone comenzar a cocinar, juntando sus habilidades científicas y el conocimiento de narcotráfico de Jesse.

 

Con el correr de los capítulos vamos viendo como Walter va cambiando de ser el tipo más bueno del mundo a ser uno de los personajes más manijas que existen. Cranston interpreta el papel a la perfección, al igual que Paul. Su relación de amor-odio es tal vez lo mejor de toda esta historia. Uno comienza siendo el bueno y el otro el malo, pero con el paso del tiempo se invierten los roles. Nada para criticar a la pareja protagonista, la rompen, son perfectos para sus papeles. El otrora padre bobo de Malcolm dio un giro de 180º a su carrera con esta interpretación. Aaron Paul, como su fiel patiño, también la rompe; es con él que el público se siente identificado, con el pibe que sufre, que sufre mucho, sobre todo por amor. No solo son ellos dos los que hacen enormes interpretaciones, todos están muy bien, pero voy a destacar a tres: Skyler (todos la odiamos, pero nadie la entiende), Saul Goodman (Bob Odenkirk) y Mike (Jonathan Banks).

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Personalmente creo que fue la serie que cambió el paradigma de que trabajar en TV era mediocre y que los buenos actores lo hacían en el Cine. Ya en la década del 2000 se empezaron a ver historias de mayor calidad y con más presupuestos (sin contar a las sitcoms). Pienso que Breaking Bad fue el quiebre para que la audiencia vea mas TV de calidad (y Netflix, obvio). En el último tiempo vemos a actores de primer nivel en series, cosa que antes era imposible, no querían trabajar en este formato.

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Más allá de las interpretaciones el guion es muy sólido y se lleva muy bien a cabo. Escenarios perfectos para la historia. Tiene momentos que te sorprenden mucho, te hacen saltar del sillón porque no lo podés creer. Pero no todo es bueno, tiene momentos (muchos), en que la trama se dilata muchísimo. Todos sabemos que es lo que hay que hacer para que la historia avance y te lo llenan con capítulos e historias secundarias innecesarias. Al final terminan resolviendo la mayoría de las cosas como nos imaginábamos, pero siempre con buenas formas. Capaz todo esto se resolvía con una temporada menos, no sé.

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LO MEJOR:

• Walter y Jesse, sus actuaciones y sus transformaciones a lo largo de la serie.

• La historia en general.

• Diálogos muy buenos.

• Le dio prestigio a la TV.

 

LO PEOR:

• Muchos capítulos que dilatan la historia.